El sorteo de la Copa Mundial de la FIFA 2026 —celebrado en Washington con la presencia estelar de Donald Trump y una producción propia de Hollywood— ha marcado el arranque oficial hacia un torneo sin precedentes
Fuente: papernest.es
Más allá del espectáculo y del interés por los grupos, este evento anticipa una realidad menos visible: el impacto energético que implica organizar el Mundial más grande de la historia. Desde ahora hasta junio de 2026, la demanda eléctrica aumentará por la actividad en los hogares, vinculada al precio de la luz y por las infraestructuras globales que sostienen el torneo.
Un sorteo con espectáculo, geopolítica y un Mundial que ya consume energía antes de empezar
La ceremonia en el Kennedy Center reunió a 48 selecciones, el mayor número jamás visto, distribuidas en cuatro bombos que determinarán los 12 grupos del torneo. En el bombo 1 figuran potencias como Argentina, Francia, Inglaterra o España, anticipando audiencias multimillonarias. Pero el sorteo es solo el inicio: el Mundial 2026 será el primero celebrado en Estados Unidos, México y Canadá, lo que implica una infraestructura logística y energética monumental, con estadios superiores a los 80.000 espectadores, sistemas de climatización avanzados, iluminación profesional y retransmisiones en 4K y 8K para plataformas globales.
La presencia de Trump, la magnitud del show y los invitados de alto nivel confirman que este torneo moverá tanto emociones como recursos. Millones de pantallas encendidas acompañaron el sorteo en todo el mundo, pero este consumo doméstico representa solo una fracción mínima del desafío energético que supone un evento de esta escala.
Estadios, movilidad y retransmisiones: el Mundial más demandante en términos energéticos
Los estadios del Mundial —como el MetLife Stadium, el AT&T Stadium o el renovado Estadio Azteca— funcionan como auténticas ciudades temporales capaces de consumir energía equivalente a parques industriales completos. Sistemas de refrigeración masivos, iluminación nocturna, tecnología 360º y centros de datos para soportar la retransmisión internacional convierten cada partido en un evento energético global.
Segun Papernest, conociendo cuántos megavatios consume una casa, se entiende mejor que solo la iluminación de un estadio de máxima capacidad puede superar el consumo diario de miles de hogares, lo que evidencia el enorme desafío de abastecer instalaciones de esta escala.
A ello se suman los desplazamientos: millones de aficionados viajarán entre las 16 sedes, muchas separadas por miles de kilómetros. El tráfico aéreo, los trenes de alta velocidad, los autobuses y la logística de equipos y selecciones convierten al Mundial en uno de los mayores generadores de demanda energética del planeta. La retransmisión global —desde La 1 hasta plataformas como YouTube o Amazon— añade presión a servidores y centros de datos que también requieren enormes cantidades de electricidad.
Cómo pueden prepararse los hogares en un Mundial que también impactará en la demanda eléctrica
Aunque gran parte del consumo energético se concentrará en estadios y logística, los hogares también notarán efectos indirectos. Las audiencias masivas coinciden con picos en la demanda eléctrica, especialmente durante partidos de España, Argentina o Brasil.
En este contexto, aplicar técnicas para reducir el consumo energético permite disfrutar del torneo sin sobresaltos. Y para quienes quieran optimizar sus gastos durante el Mundial, comparar tarifas con un comparador de luz puede marcar la diferencia.
Así, los aficionados podrán disfrutar del Mundial más global de la historia sin preocupaciones en su factura, gestionando todos los trámites energéticos mediante Papernest. En un torneo sin precedentes, la pasión por el fútbol y la eficiencia energética pueden jugar en el mismo equipo.






































