Con alertas convenientes y oportunas, usando la telefonía móvil con sus redes sociales, infinidad de vidas se salvarían, se mitigarían daños personales y materiales, y se dejaría de distraer cuantiosos recursos públicos en reconstrucciones de obras públicas afectadas. ¿Quién coge el guante?
Por: Antero Flores-Araoz
En los tiempos en que nos ha tocado vivir, parecería que los fenómenos climáticos como los peligros sísmicos, son más frecuentes, aunque ello circunscrito a calamidades naturales, sin considerar por cierto los peligros terroristas que tienen nivel internacional, como se ha podido constatar en diversas latitudes.
Frecuentemente, en diferentes localizaciones de nuestro planeta se producen tormentas, huracanes, tifones, inundaciones, rotura de embalses, terremotos, maremotos, incendios forestales, derrumbes, cortes de vías de comunicación, peligros energéticos y nucleares, todo ello sumado a acciones de terrorismo, entre muchos otros peligros.
Las situaciones expuestas, tanto las originadas por la naturaleza como por la mano del hombre, exigen acciones de las autoridades y poblaciones, tanto preventivas en una primera etapa, de ayuda a los afectados en una segunda, para concluir en la tercera que es la de reconstrucción.
En todas las etapas se requiere de comunicación adecuada y conveniente, pero principalmente en la preventiva, en qué si se dieran alertas oportunas, se pueden ahorrar muchas vidas, evitar accidentes y reducir daños materiales. Cierto es que para fenómenos de la naturaleza no siempre se pueden conocer ellos anticipadamente, pero para los que sí, siempre se podrá advertir de los peligros a las poblaciones y para ello se cuenta con los medios de comunicación mediáticos como son los diarios, las radios y las televisoras.
En nuestros tiempos, por el avance de la tecnología, contamos también con la telefonía, sobre todo la móvil, en que en las pantallas de los celulares pueden aparecer mensajes colectivos preventivos, como ya sucede en otros países.
Como ejemplo de lo señalado en el acápite anterior, en los Estados Unidos de Norteamérica fue aprobada la Ley de Alerta y Respuesta de la Red, también conocida como “Ley WARN”, que permitió a la Comisión Federal de Comunicaciones (FC) establecer el sistema de emergencia móvil (Wireless Emergency Alert), más conocido como WEA, en que se definieron los tipos de alerta que podrían emitirse, las autoridades que las dictarían, así como las poblaciones a las que se dirigiría las advertencias.
El sistema de alertas de emergencia a través de la telefonía móvil, bien podría establecerse en el Perú, y ello sobre la base de la Ley WARN y del Sistema WEA. Por el carácter altamente tecnificado, el tema debería ser entregado para su estudio por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, pero preferentemente por OSIPTEL, aunque sería deseable que el Parlamento Andino, que no hace nada o por lo menos muy poco, preparase el proyecto de legislación modelo que se presentaría a los Parlamentos de los países de la Comunidad Andina para su evaluación y aprobación.
Con alertas convenientes y oportunas, usando la telefonía móvil con sus redes sociales, infinidad de vidas se salvarían, se mitigarían daños personales y materiales, y se dejaría de distraer cuantiosos recursos públicos en reconstrucciones de obras públicas afectadas. ¿Quién coge el guante?
Antero Flores-Araoz
Parlamentario de 1990 al 2006, incluyendo congresista constituyente
Presidente del Congreso 2004-2005
Embajador ante la OEA 2007
Ministro de Defensa 2008-2009
Premier 2020
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