España ha vuelto a convertirse en escenario de un fenómeno tan raro como fascinante: la reciente actividad solar ha permitido que las auroras boreales se observen en puntos de la península donde jamás habían sido visibles
Fuente: papernest.es
El incremento de tormentas geomagnéticas ha situado al país en un lugar privilegiado para quienes quieran disfrutar de un espectáculo normalmente reservado al norte de Europa. Y, según los expertos, la alerta continúa: las próximas semanas podrían traer nuevas oportunidades de observación.
Dónde y cómo se han formado las auroras en España
En los últimos episodios geomagnéticos, las auroras se dejaron ver en regiones como Cataluña, Navarra, Castilla y León, Galicia, Aragón y la Comunidad Valenciana, donde numerosos fotógrafos y aficionados capturaron cielos teñidos de tonos verdes, rosados y violetas. Las imágenes tomadas desde el Montsec, la costa de Girona, el Pirineo oscense o los miradores de Zamora llamaron la atención incluso de la comunidad científica.
España no forma parte del llamado oval auroral, por lo que estas luces solo aparecen aquí cuando coinciden varios factores excepcionales: una tormenta geomagnética intensa, un viento solar correctamente orientado y una atmósfera cargada de partículas que reaccionan con el oxígeno y el nitrógeno para producir los colores visibles. Y aunque se hable de “tormenta solar”, este fenómeno no afecta a la producción de las placas solares —que dependen de la irradiación diurna—, sino únicamente a procesos magnéticos que se manifiestan por la noche, como las propias auroras o las variaciones atmosféricas que las acompañan.
Con la actividad solar aún elevada, los científicos no descartan que España vuelva a situarse bajo cielos coloreados. Para maximizar las probabilidades de observación, recomiendan:
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Buscar zonas sin contaminación lumínica
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Mirar hacia el norte
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Escoger lugares elevados
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Revisar alertas geomagnéticas
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Evitar luces de móviles o faros de coches
Riesgos y efectos de las tormentas geomagnéticas
Aunque las auroras sean un espectáculo impresionante, los expertos insisten en que las tormentas geomagnéticas también pueden generar ciertos efectos indeseados. Su impacto no supone un peligro para la población, pero sí puede influir en infraestructuras sensibles si la actividad alcanza niveles elevados.
Entre los posibles efectos que se monitorizan durante estos episodios se encuentran:
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Interferencias en comunicaciones por radio
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Desajustes temporales en GPS y navegación aérea
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Alteraciones puntuales en satélites en órbita
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Fluctuaciones eléctricas en redes de distribución
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En casos muy excepcionales, riesgo limitado de corte de luz en zonas concretas
En este contexto, expertos en energía y eficiencia, como el equipo de Papernest, recomiendan adoptar hábitos que contribuyan a reducir consumo energético en jornadas donde la red pueda estar sometida a pequeñas fluctuaciones. El objetivo es evitar tensiones innecesarias en el sistema y reforzar la estabilidad general durante episodios de actividad geomagnética intensa.
Aun así, todos coinciden en que no existe riesgo para la ciudadanía y que el fenómeno puede disfrutarse sin preocupación, siempre atendiendo a las indicaciones oficiales. Si la actividad solar continúa en niveles altos, España podría volver a vivir noches históricas en las que mirar al cielo se convierta en una experiencia irrepetible.






































