Desde la ingeniería estructural, se advierte que los daños más graves no siempre aparecen en el primer movimiento, sino en los posteriores, cuando la estructura ya ha sido debilitada
El Perú es uno de los países con mayor actividad sísmica en el mundo. De acuerdo con el Instituto Geofísico del Perú (IGP), hasta el 20 de agosto de este año se han registrado 439 sismos, cifra que refl eja la constante exposición del territorio a movimientos telúricos de diversa magnitud, y que continuará en aumento conforme avance el 2025.
En este contexto, la seguridad de las edificaciones se convierte en un tema prioritario. El reciente sismo de magnitud 6.1 ocurrido el 15 de junio, con epicentro en el Callao, encendió las alarmas no solo en la población, sino también en el estado de las infraestructuras en Lima Metropolitana y el litoral central. Varias infraestructuras presentaron daños como fi suras, desprendimientos de elementos no estructurales e incluso colapsos parciales en techos, como el reportado en un centro comercial de Lima Norte.
Desde la ingeniería estructural, se advierte que los daños más graves no siempre aparecen en el primer movimiento, sino en los posteriores, cuando la estructura ya ha sido debilitada.
“Un movimiento de esta magnitud, aunque no haya causado colapsos masivos, puede generar daños invisibles que comprometen la seguridad estructural a mediano plazo. Las fi suras, la oxidación del acero o los desprendimientos deben ser diagnosticados por un especialista. El peligro no es lo que vemos hoy, sino lo que puede fallar en el próximo sismo”, señala el Ing. Ítalo Regalado, especialista en diagnóstico estructural y gerente de Refuerza Ingeniería y Construcción.
A esto se suma que muchas edificaciones en el país ya presentan deterioro previo: fisuras, oxidación del acero, asentamientos y desprendimientos. En un escenario de actividad sísmica continua como el peruano, estas condiciones pueden escalar rápidamente a fallas mayores si no se identifican y atienden a tiempo.
Desde Refuerza Ingeniería y Construcción, especialistas en evaluación y reforzamiento estructural, hacemos un llamado urgente a colegios profesionales, autoridades locales, administradores de edificaciones y ciudadanía a priorizar las evaluaciones estructurales post-sismo. Estos eventos deben marcar el inicio de acciones preventivas y correctivas, no meramente reactivas.







































