Los temas políticos y los diferendos de esa naturaleza son de interés de toda la población, por ello es lógico, lícito y legítimo, el uso de la prensa para su divulgación, y ¿por qué no? la toma de partido por los ciudadanos

Por: Antero Flores-Araoz
De un tiempo a esta parte, se está convirtiendo en costumbre, pésima por cierto que cuando hay algún conflicto de intereses, el mismo se trate de resolver en dos escenarios diferentes. Por un lado, el legítimo, que es en el Poder Judicial, que para ello está y, de acuerdo a sus prerrogativas constitucionales, su Ley Orgánica y los códigos vigentes. Pero por otro lado se recurre a los medios de expresión, para presionar ilegítimamente a los magistrados jurisdiccionales, lo que es absolutamente inexcusable.
Lo dicho no viene de ahora, sino de mucho tiempo atrás, en que anunciadores de medios escritos, radiales o televisivos, se creen dueños de ellos y quieren dar órdenes, bajo la implícita amenaza de que, si no colaboras conmigo o con mi empresa, simplemente te quito la publicidad o no te pongo la que ofrecí. Unas veces la amenaza, aunque también se suele utilizar el tono edulcorado y encanelado, pero con el común denominador de simplón, para lo cual los citadinos tenemos gran facilidad. De allí que, como resultado, en algunos medios más que su director, dirija y mande el cajero y, los periodistas vean mermada su noble función profesional.
Por supuesto que lo dicho en contiendas o conflictos entre privados o entre privados y el Estado, nada tiene que ver con los casos de contenido político, en que quienes discrepan o antagonizan, tienen todo el derecho de hacer conocer sus posiciones, requerimientos, reflexiones y razones y, no hay mejor vehículo para ello que la prensa seria e independiente, que también la hay. Los temas políticos y los diferendos de esa naturaleza son de interés de toda la población, por ello es lógico, lícito y legítimo, el uso de la prensa para su divulgación, y ¿por qué no? la toma de partido por los ciudadanos.
Lo que es peor, que cuando se llevan a la prensa conflictos de intereses económicos y/o financieros, se pretenda desconocer las normas de una sana economía, como es la consagrada en la Constitución, o sea la “Economía Social de Mercado”, en que el Estado tiene que actuar cuando se desequilibra la relación oferta y demanda.
Muchas veces también se quiere imputar a la Constitución, que no siendo perfecta es más que aceptable, los diferendos a los que nos referimos. Ella contiene normas garantistas a la inversión generadora de trabajo como es el libre cambio, la igualdad entre la inversión pública y la privada, así como la nacional y extranjera y, la protección y defensa del consumidor y usuario.
El tema desarrollado me hace recordar a un amigo que me hiciese una consulta referida a normatividad económica, puesto que estaba inmerso en un proceso penal. Lo primero que le dije es que no sabía que estaba denunciado. Su respuesta fue que felizmente tenía un abogado penalista que lo defendía, pero que no usaba su caso para salir a prensa para hacerse propaganda y conseguir nueva clientela.
Antero Flores-Araoz
Parlamentario de 1990 al 2006, incluyendo congresista constituyente
Presidente del Congreso 2004-2005
Embajador ante la OEA 2007
Ministro de Defensa 2008-2009
Premier 2020
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