Lima, capital del Perú, es una urbe que camina rápido a ser una ciudad de primer mundo. No sólo en servicios sino en problemas generados por constituirse en una metrópoli moderna. Y no se entiende que muchos de las soluciones a la problemática que surge son transversales y no sólo de una entidad.
Buses grandes para calles pequeñas
El transporte público y privado es uno de ellos. En relación al primero, resulta que las autoridades en Lima a la fecha vienen apostando por buses de grandes dimensiones para trasladar a gran cantidad de pasajeros.
Sin embargo, dejan de lado que Lima, como una ciudad construida y estructurada siguiendo cánones europeos, tiene calles y vías pequeñas que no soportan buses de grandes dimensiones. La consecuencia es el congestionamiento cuando de voltear una calle estrecha se trata.
Peor aún cuando estas unidades de grandes dimensiones se movilizan por calles de distritos tradicionales, como Miraflores y Barranco, cuyas vías dobles están configuradas para buses de pocas dimensiones.
¿Por qué las autoridades como la Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías (SUTRAN) y la Municipalidad de Lima apuestan por estas unidades de grandes dimensiones? Si bien muchos de ellos son a gas y se tiene la iniciativa de adquirirlos con propulsión eléctrica, no van a hacer la solución al tráfico de Lima.
La medida y parte de la solución es adquirir buses medianos que circulen sin inconvenientes por las calles de Lima. La clave para su buen funcionamiento, como un reloj suizo, es una correcta y buena programación de itinerarios, con choferes bien pagados y en planilla y con usuarios “educados”(este es otro tema que va más con la educación cívica ciudadana) de manera conveniente en tránsito vial
Reorganización de calles
Otra problemática que las autoridades no atacan para solucionar el caso del tráfico de Lima, que aún no se asemeja al caos de Nueva York, Nueva Delhi o Londres, es la reorganización o redireccionamiento de las calles de Lima.
Muchas veces, “los nudos o cuello de botella” se producen porque los choferes voltean en cruceros que “cortan” una vía principal cuyo tránsito es constante y fluido, esperando el momento para “entrar” y, por ende, causando una larga fila de automóviles.
¿Semáforos, rompemuelles?
La existencia de semáforos más allá de ordenar una calle o vía la desordena en la medida que no estén sincronizados. Y la proliferación de ellos en una ciudad es la muestra de falta de educación y respeto por el otro por parte de sus ciudadanos.
Si a estos artefactos se suma la colocación de “rompemuelles” (o gibas como se conocen en otros lugares) sencillamente se forma un pandemonio en las calles de Lima, con la consiguiente contaminación de la ciudad al quemar más gasolina y su respectivo mayor consumo al reiniciar la marcha los vehículos cada vez que se frena para pasar el obstáculo.
Algunos dirán que estas soluciones pueden ser sencillas o que faltan citar otros temas como lo de los mototaxis, los taxis de calle y los de aplicaciones, los motociclistas, entre otros, que contribuyen con el caos de las calles de Lima.
Lo cierto es que la ciudad de Lima (que alberga a 10 millones de habitantes), así como en otras urbes del país, carecen de planes de urbanismo para desarrollar ciudades más ordenadas, planificadas, sin un crecimiento desordenado y no planificado. A la fecha, no se sabe cuáles son los límites de la ciudad, con la existencia de zonas alejadas y de riesgo.
Plan de hace 30 años
Cabe indicar que el último Plan Metropolitano de Desarrollo Urbano de Lima y Callao es de ¡hace 30 años! , lo cual ha generado que Lima haya crecido de manera desordenada y caótica.
Como en ciudades de primer mundo, la ciudad capital debería ser limpia, equitativa, inclusiva, con espacios armoniosos, debidamente pensados y seguros.
Según datos del Ministerio de Vivienda y Construcción y Saneamiento, 12 por ciento de municipalidades o gobiernos locales en Lima no cuentan con un plan de desarrollo urbano, y se espera que para el 2021 cada municipio y gobierno local tenga su plan como resultado del apoyo que viene brindando el referido portafolio.