La crisis que se observa no solo es del sistema de justicia, sino de todo el aparato público, en el que hay una demencial confrontación de poderes y organismos autónomos, así como entre sus representantes
Por: Antero Flores-Araoz
Cuando me preguntaron mi opinión sobre la situación de nuestro sistema judicial, lo primero que me vino a la mente es responder que es un desastre, pero como el término es duro, respondí que «hace agua».
Dicho sistema está integrado por el Poder Judicial, el Ministerio Público, el Tribunal Constitucional y la Justicia Militar-Policial, y tiene importantes nexos con el Ministerio de Justicia, al cual está adscrito el Instituto Penitenciario, así como la Policía Nacional, que colabora en las investigaciones y combate la delincuencia.
Lo que más se critica al sistema es la desconfianza que inspira, los procedimientos interminables y las resoluciones kilométricas. Para enfrentar el problema, se presentan infinidad de iniciativas legislativas aisladas, cuando se necesita de una reforma integral y, como los más perjudicados por el sistema son los justiciables y sus abogados, lo sensato es que la Asociación de Colegios de Abogados, en conjunción con las facultades de Derecho de las principales universidades, estudien la problemática y presenten la correspondiente propuesta integral para su debate.
La crisis que se observa no solo es del sistema de justicia, sino de todo el aparato público, en el que hay una demencial confrontación de poderes y organismos autónomos, así como entre sus representantes. Una lucha sin cuartel de unos contra otros y viceversa, en la que se conjugan los verbos «denunciar y «acusar» en todos los tiempos y personas, todo lo cual lleva a que muchos pidan el que «se vayan todos».
Lo lógico y sensato es que, sin renunciar a la investigación de las sospechas e indicios de delito, las instituciones confrontadas busquen concertar y limar asperezas, para lo cual habría caminos. El primero, con el Acuerdo Nacional bajo la conducción de Max Hernández, y el segundo, con el Consejo de Estado bajo la conducción de la presidenta. Hago esas dos propuestas para que ya no tenemos los referentes de antaño que pudieran hacerlo. Los expresidentes o fallecieron o están con procesos penales, y los patricios como Víctor Andrés Belaunde o Luis Bedoya Reyes ya no están en este mundo.
Antero Flores-Araoz
Parlamentario de 1990 al 2006, incluyendo congresista constituyente
Presidente del Congreso 2004-2005
Embajador ante la OEA 2007
Ministro de Defensa 2008-2009
Premier 2020
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