Los anuncios de Dina Boluarte no son suficientes en estos momentos para contener la furia popular
Por: Franz Portugal
Esta semana hubo un día de miércoles. El presidente Pedro Castillo entregó su cabeza en bandeja al Congreso para que lo vaquen. Como respuesta al intento de disolver el Congreso, el Pleno aprobó con 101 votos a favor, la vacancia contra el presidente Pedro Castillo. Dina Boluarte asumió la presidencia de la República luego de juramentar, en acto seguido, en el Congreso.
Hay que indicar que el procedimiento legislativo que aprobó la resolución legislativa de vacancia no se ajusta al debido proceso establecido el articulo 89-A del Reglamento del Congreso que tiene fuerza de ley. Es decir, no se habría aprobado legalmente, en consecuencia, todo lo actuado, incluyendo la juramentación de la presidente no se ajustaría a ley. Grave problema legal.
Pedro el breve. Luego de 16 meses de gobierno, la derecha parlamentaria encabezada por el fujimorismo, que perdió las elecciones, logró consumar su venganza de vacarlo aprovechando el fallido golpe de Pedro Castillo. Año y medio le costó a la derecha parlamentaria deshacerse de Castillo, no lo hubieran logrado sin la ayuda de este. Se inaugura, entonces, una nueva etapa de la crisis política en el país.
Definamos en primer lugar que tipo gobierno es el de Dina Boluarte. Es un gobierno débil, sin bancada parlamentaria, sujeta y rehén de la oposición, además, con un movimiento popular de rechazo a su gobierno y que exige el cierre del Congreso y elecciones generales. No olvidemos que Boluarte fue expulsada del partido que la llevó al Congreso, acusada de traidora por Vladimir Cerrón y sus huestes.
¿Qué gobierno debe ser? Un gobierno de transición, encargado de realizar un conjunto de acciones de cambios en el sistema político que permita encaminar la crisis política a su resolución y que produzca un nuevo gobierno y parlamento que le dé estabilidad política al país. Es decir, en primera instancia, un gobierno que proponga una reforma política que sea aprobada por el Congreso y se convoque a elecciones generales. No olvidemos que está para ser agendado por el pleno, el dictamen aprobado por la Comisión de Constitución que declara el adelanto de elecciones generales.
Sin embargo, las dudas sobre la capacidad de la presidente invaden al país. ¿Será capaz Dina Boluarte de generar la estabilidad política que el país necesita? ¿proponer una reforma política que sea aprobada por el parlamento? ¿reactivar la economía y desarrollar una eficiente política anticorrupción? ¿resolver la conflictividad social en crecimiento? ¿atender las necesidades de alimentación popular? ¿resolver los problemas del agro?
¿Qué tiene a favor la presidente Boluarte? Felizmente, la que fue vicepresidente, tuvo un aprendizaje acelerado en el gobierno en su función ministerial que se supone le permitió dimensionar la responsabilidad que se tiene cuando se está al frente en la gestión pública, así como las condiciones precarias del gobierno. Su experiencia anterior es mínima, fue de presidenta de club departamental y empleada pública. Nada más.
En esas condiciones lo que tiene que hacer de inmediato es constituir un centro de gobierno (CdeG) de alta calificación en el Despacho Presidencial. Siempre y cuando sepa que es un CdeG, ya que el anterior inquilino de palacio no tenía ni la menor idea. Solo tenía un Gabinete Técnico que le daba asesoría en el modo tradicional y nada más.
Porque el problema de Boluarte es que está aprisionada entre dos fuegos, por un lado, la oposición parlamentaria de derecha y la “izquierda” con sus propios intereses de sobrevivencia política y por el otro, el movimiento social que exige se cierre el Congreso y se convoque a nuevas elecciones. Esta tensión de fuerzas se resolvería en tanto y cuanto, la calle alcance una gran temperatura que obligue a Boluarte a tomar decisión.
La presidente ha pedido una tregua política. Cree que la oposición le va a dar una tregua política. ¿Qué tiempo duraría esta tregua política? ¿puede constituir una coalición política parlamentaria para formar una mayoría que le dé estabilidad política y aprobar los proyectos de ley que presente? Lo dudamos. La derecha parlamentaria no puede permitir que haya un gobierno exitoso de Boluarte, es un peligro político para los intereses en el siguiente periodo. La derecha parlamentaria le saltará a la yugular en el primer momento que pueda.
La primera acción de convocar al diálogo a las fuerzas políticas es un tema de protocolo y buenas costumbres, con foto y todo. Ello no quiere decir que se estén negociando acuerdos por debajo de la mesa. Por lo pronto Podemos Perú y Perú Libre anunciaron que no se reunirán con la presidente. La derecha parlamentaria fue la primera que se reunió inmediatamente luego de la vacancia. El tema central habría sido la conformación del nuevo gabinete y la política general de su gobierno.
Este sábado juramentó el nuevo gabinete ministerial que deja mucho que desear, en particular por quien asume la presidencia del consejo de ministros. No tiene figuras destacadas capaces de convocar lo que se pregona, consensos.
La presidente debe ser consciente, que la mejor arma que le permitiría negociar y sobrevivir políticamente es la amenaza de renunciar, porque ello abriría las compuertas a la convocatoria de elecciones generales. De allí que en su discurso de orden al asumir el mando lanzó el mensaje de que gobernaría hasta el 2026, aunque posteriormente, lanzó la advertencia que, si la sociedad y la situación lo amerita, se adelantaría las elecciones.
La renuncia de Boluarte al cargo implica que el presidente del Congreso asuma la presidencia de la República y que convoque a elecciones generales inmediatamente, tal como lo establece el artículo 115 de la Constitución. Además, en los plazos y modalidades que las leyes electorales precisan.
Sin embargo, la protesta popular ya está presente en 20 departamentos del país, aunque de diferentes dimensiones a la que se suman nuevos actores sociales y políticos que obligó a la presidente a dar un mensaje a la nación a la media noche del domingo anunciando el estado de emergencia en varios departamentos con el objetivo de contener el desborde popular y proponiendo elecciones generales para abril de 2024, además, presentaría el respectivo proyecto de ley para tal efecto agregando un conjunto de reformas políticas.
El problema esta que, al parecer, estas medidas anunciadas no tendrían el efecto deseado, las exigencias del movimiento popular es que se cierre el Congreso ya y no esperar hasta el 2024 y, en segundo lugar, el estado de emergencia no es una medida que resolverá la movilización popular como se pretende. Más represión puede generar todo lo contrario.
Se tiene que entender que existe en el país un descontento y frustración acumulada contra la clase política desde hace varios años y que luego del fracaso del gobierno de Castillo se ha acrecentado. Todos sabemos que una chispa puede incendiar la pradera cuando las condiciones están dadas. Al parecer la chispa ha sido la vacancia de Pedro Castillo y la resistencia del parlamento de irse a su casa.
Siendo propositivos, en el corto periodo de gobierno que tendría Dina Boluarte, ¿cuáles serían las medidas inmediatas que debería tomar un gobierno de transición?
- Constituir una Comisión de Alto Nivel para la formulación de los proyectos de ley de reforma política que presentaría al Congreso.
- Declarar en reorganización y modernización todos los ministerios, dejando sin efecto la designación de funcionarios no idóneos para el cargo y resolver las ineficiencias en la gestión pública.
- Formular el Plan Nacional de Integridad y Lucha contra la Corrupción 2022-2026, ya que hasta la fecha no ha sido formulado, con el objetivo de contener la corrupción. El anterior plan fue 2018-2021.
- Formular de la Política General de Gobierno concertada con los distintos sectores políticos y sociales, que presentará en el Pleno del Congreso en el plazo de 30 días.
- Evaluar el programa de reactivación económica reformulando las medidas que lograron funcionar según lo previsto.
- Resolver la grave situación del sector agrario a partir de las propuestas formuladas por CONVEAGRO.
- Reformar el sistema de salud que resuelva los graves problemas que ha evidenciado la pandemia.
- Formular las reformas pendientes en el sector educación.
- Profundizar la reforma universitaria y fortalecer la SUNEDU.
Es en realidad un conjunto de medidas encaminadas a resolver varios de los problemas que han contribuido a la crisis política actual en una situación internacional muy difícil que viene afectando a todos los países del mundo. Los anuncios de Dina Boluarte no son suficientes en estos momentos para contener la furia popular.
Franz Portugal
Sociólogo
Profesor de la UNMSM
Presidente del Instituto Gobernancia
Director del programa de radio PERÚ 2030