Las revelaciones del empresario Zamir Villaverde en la Comisión de Fiscalización del Congreso cayeron como bomba en el Consejo de Ministros descentralizado en Tumbes. Cuando le comunicaron al oído al premier Aníbal Torres de lo sucedido en el Parlamento, de inmediato se paró y vio en una Tablet de uno de sus asesores las referidas declaraciones.
Enfrentamiento
Algo similar ocurrió con el personal del ministro de Cultura, Alejandro Salas, quien al toque telefoneó a Pedro Castillo para pedirle autorización para salir a defenderlo en los medios de tal “artimaña”. Cuando Aníbal se dio cuenta de que le habían ganado por puesta de mano, lo llamó a Salas y le dijo con voz de pocos amigos que el jefe de la PCM era él y que iba a manejar el asunto con Castillo. Salas lo miró con cara de pocos amigos y regreso a la sesión de trabajo. Pero la cosa no quedó allí. Dina Boluarte, al enterarse del barullo entre Aníbal y Salas, pidió más información, muy relajada ella, dibujó una sonrisa en su rostro y aconsejó a sus asesores a que se preparen para el plan “B”.
Incomodidad
Poco a poco la noticia se filtró entre los ministros que acudían a la sesión descentralizada. La inquietud se apoderó de la sala y sonrisas y rostros adustos se dejaron notar. Lo cierto es que los asistentes se incomodaron cuando los ministros abandonaron sus sitios para atender y realizar una serie de llamadas.
Comunicado
Una de las recomendaciones de Aníbal a Castillo es que ordene a su escribidor que le redacte un comunicado para desmentir lo afirmado por Villaverde. Y que se lo envíe para darle los toques finales. Pero Castillo le dijo que la sugerencia del ministro Salas es que salga en su presentación en Tumbes a desmentir el hecho, echándole la culpa a la derecha, los empresarios, el fujimorismo, o en su defecto realice un mensaje al país en horas de la tarde.
Desesperado
Al escuchar estas declaraciones Aníbal le pidió a un desesperado Castillo a que se calme para ver cómo se sucedían las cosas y que por lo pronto elabore el documento de aclaración. A estas horas, sigue la sesión de trabajo del “movido” gabinete ministerial en Tumbes.
No contaban con su astucia
Pero quien si se mandó con todo y no consultó ni a Aníbal fue el ministro de Ambiente, Modesto Montoya, quien, enterado del hecho, ordenó a su gente de prensa que le consigan una entrevista para defender al “prosor”. A los minutos salió al aire en ondas radiales y como se esperaba dijo que Castillo es “sano y sagrado”. Se conoce que cuando Aníbal ha tratado de llamarle la atención a Montoya por su figuretismo, éste le ha dicho que él solo recibe órdenes de Castillo. ¡Asu mare!