Hemos asistido a una tradicional y extensa exposición el presidente del Consejo de Ministros Guido Bellido de la política general de gobierno. Esta vez con una calculada actitud dialogante y eliminando de la agenda a la Asamblea Constituyente. Estuvo ausente temas tan importantes como la reforma del Estado, la modernización de la gestión pública y la descentralización.
El Congreso le dio la confianza al gabinete Bellido por 73 votos a favor y 50 en contra pese a las críticas y cuestionamientos. Una victoria parcial ya que es un gabinete con un ministro en la práctica censurado como es el caso de Héctor Béjar. Agreguemos que se vienen las censuras a otros ministros cuestionados, inclusive podría ser censurado el propio Bellido. Es decir, el partido no ha terminado, ingresamos al segundo tiempo. Fue un triunfo pírrico y no un espaldarazo al gobierno. El Congreso evitó anotar una primera denegación de confianza al gabinete y se la guardó para más adelante. No cayó en la provocación.
El voto de confianza para nada debe entenderse como una bajada de bandera del Congreso para que se ponga a trabajar el gobierno con tranquilidad como cree el premier Guido Bellido. Para que el gobierno pueda trabajar debe construir una coalición con el centro en el parlamento que le permita tener estabilidad política para gobernar. Hasta ahora ha hecho todo lo posible para sabotearla. Esta aún a tiempo si tiene una estrategia de poder clara.
Fueron 12 los temas propuestos, un conjunto de medidas para vencer la pandemia, la reactivación de la economía, promoción de la inversión pública y privada, medidas para la protección social, educación y retorno a las aulas, vivienda, lucha contra la corrupción y transparencia, política exterior, defensa y orden interno, protección de la mujer y poblaciones vulnerables, reforma de la justicia y recuperación del empleo.
Expuesta la política general de gobierno corresponde ahora cumplir con lo establecido en el Decreto Supremo N° 029-2018-PCM, que aprobó el Reglamento que regula las políticas nacionales que son de competencia exclusiva del Poder Ejecutivo, con la finalidad que sean implementadas por las entidades públicas de los tres niveles de gobierno.
El numeral 7.4, de dicho reglamento, establece que a los cuarenta (40) días de haber asumido sus funciones el Presidente de la República, y por iniciativa de este, el Consejo de Ministros aprueba mediante acuerdo la Política General de Gobierno, en el marco de las Políticas de Estado, los objetivos del Plan Estratégico de Desarrollo Nacional y las políticas nacionales vigentes. Dicha Política General se materializa mediante Decreto Supremo refrendado por el Presidente del Consejo de Ministros. Tiene plazo hasta el 6 de setiembre.
Las críticas sobre que fue un conjunto de generalidades, que no presentó un plan estructurado, que no dijo como llevarlo a cabo o de donde sacaría los recursos no parecen muy apropiadas. Justamente lo que se le pide al premier, constitucionalmente, es la política general de gobierno y por ser general no establece detalles. Creemos que por allí no van las críticas. Además, se puede observar que hay medidas específicas, acciones a desarrollar y recursos que se van a invertir, muchos de los cuales ya están presupuestados desde el gobierno anterior.
La política general de gobierno presentada tiene un gran déficit, es un conjunto de medidas que no se articula a los grandes cambios que el gobierno prometió a lo que denominó Bellido “el cambio responsable”. Al parecer la transformación del país pareciera estar sujeto a la reforma constitucional mediante una Asamblea Constituyente. Como ya ha observado, el propio ministro de economía y finanzas, no se requiere modificar la constitución para transformar el país.
Sin embargo, se ha propuesto un conjunto de reformas que podrían ser el puente entre lo urgente y lo estratégico, sin precisar en qué consisten efectivamente. Estas son: la reforma magisterial, la reforma del sistema nacional de pensiones, la reforma energética (gas y petróleo), la reforma de justicia, la reforma del servicio militar y la segunda reforma agraria. El ministro de Economía y Finanzas ha planteado una reforma tributaria que modernice la legislación tributaria. Ausente la reforma política inconclusa, la reforma del servicio civil que no avanza, la reforma de los sistemas administrativos, entre otros.
La denominada “segunda Reforma Agraria” anunciada se reduce a mayor capacitación, asociatividad y tecnificación para los agricultores, la industrialización rural y la generación de mayor valor agregado para los productos agropecuarios. Es decir, no hay ninguna reforma, es lo que viene haciendo el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego, desde hace varios años mediante sus OPs. No están descubriendo la pólvora. El problema es que los gobiernos no han tenido una visión integral para el desarrollo agrario en el Perú. Salvo la agricultura de exportación a quien los gobiernos les han dado un régimen especial tributario que en la práctica es un subsidio.
Por otro lado, el ministro de Educación Juan Cadillo ha planteado la “internacionalización de las universidades” que significa, según él, que el SUNEDU proponga la normatividad para atraer a las mejores universidades del mundo y tengan sus filiales en el país. Creo que el ministro debe preocuparse por la educación básica que se supone conoce bien y no meterse en temas que no conoce Debería preocuparse por los miseros sueldos de los docentes de la universidad pública.
Las prestigiosas universidades extranjeras no requieren poner filiales en el Perú y tampoco les interesa. Las universidades ya tienen convenios de cooperación con universidades extranjeras en la modalidad de doble titulación, así como intercambio de estudiantes y docentes. San Marcos, por ejemplo, ya lo tiene con la Universidad de Harvard y envía estudiantes a dicha universidad.
Además, el gobierno ha planteado solicitar al Congreso la delegación de facultades legislativas en materia tributaria, de salud y de pensiones. Falta que presente el proyecto de ley autoritativa y que, por supuesto, el Congreso lo apruebe.
Ahora lo que necesita el gobierno para que dichas reformas puedan tener vialidad es presentar las propuestas concretas, es decir, los proyectos de ley necesarios para implementar las reformas, los equipos que las puedan ejecutar y los presupuestos para financiarlos. Sino quedarán en el papel como una buena intención más, como muchas que hemos visto pasar en mis largos años de trabajo en el Estado.
Mg. Franz Portugal Bernedo
fportugalb@gmail.com
Sociólogo, profesor de la UNMSM, presidente del Instituto Gobernancia y director del programa de radio PERÚ 2030.